Hatshepsut, reina-faraón de la dinastía XVIII de Egipto.
Quinta gobernante de dicha dinastía, reinó de ca. 1490 a. C. a 1468 a. C.1
Gobernó con el nombre de Maatkara Hatshepsut,2 y llegó a ser la mujer que más
tiempo estuvo en el trono de las "Dos Tierras".
El nombre de Hatshepsut con el que se la reconoce hoy en
día en principio era un título con el significado de "La primera de las
nobles damas", que también se presentaba en su forma completa de
Hatshepsut Jenemetamón, esto es, "La primera de las nobles damas, unida a
Amón".

Primeros pasos
Familia
Familia de : Tutmosis I su padre,
su madre Ahmose, y su hermana menor Neferubity.
Karl Richard Lepsius (1810–1884).
Karl Richard Lepsius (1810–1884).
Ignoramos el momento exacto del nacimiento de Hatshepsut,
aunque es de suponer que sucediese en la por entonces capital del estado, Tebas, a finales del
reinado de Amenhotep I.
Ante la falta de descendencia del faraón, el sucesor designado era el padre de
Hatshepsut, el futuro Thutmose I(Tutmosis
I), quien para poder legitimar su inminente acceso al trono se había tenido que
casar con la princesa Ahmose.
Este matrimonio trajo al mundo, aparte de a Hatshepsut,
al menos a otros tres niños, de nombres Amenmose, Uadymose y Neferubity.
Desgraciadamente, y debido a la alta tasa de mortalidad infantil, sólo
Hatshepsut y su hermana menor, Neferubity (y ésta sólo por un corto espacio de
tiempo) llegarían a edad adulta.
Además de sus hermanos de padre y madre, Hatshepsut tuvo
que tener otros medio-hermanos, fruto de las relaciones de su padre con esposas
secundarias y concubinas. Del único del que nos han llegado datos es de quien
más tarde reinaría como Tutmosis II,
un hijo de Tutmosis I y de una esposa secundaria, de nombre Mutnefert.
El padre de Hatshepsut, Tutmosis I, había logrado
expandir el Imperio egipcio de manera nunca antes vista en tan sólo trece años
de reinado. Este prodigioso monarca pasaría a la historia por llevar a sus
tropas al curso de un río enorme que, al contrario que el Nilo, no discurría de sur a norte, sino a la
inversa: el Éufrates.
A la muerte, algo temprana, de Tutmosis I, Hatshepsut era
la mejor situada para sucederle en el trono, pues sus hermanos varones ya
habían muerto. Es posible que incluso el propio Tutmosis I tratase en vida de
asociar a su hija al trono, como así lo demuestra que la nombrase Heredera.
Sin embargo, sus deseos fueron incumplidos, pues al parecer una conjura
palaciega encabezada por el chaty y
arquitecto real, el poderoso Ineni consiguió
sentar en el trono a Tutmosis II, nacido de una esposa secundaria. Hatshepsut
tuvo que soportar convertirse en la Gran Esposa Real de su
hermanastro, y se cree que este fue un duro golpe a su orgullo.
La joven reina era descendiente directa de los grandes
faraones libertadores de los hicsos y
además ostentaba el importantísimo título de Esposa del dios, lo que la
hacía portadora de la sangre sagrada de la reina Ahmose-Nefertari. Es lógico
que su orgullo fuera inmenso, y que no soportase muy bien la idea de
supeditarse a su marido. Así, no es de extrañar que mientras su débil y blando
esposo ceñía la doble corona, Hatshepsut comenzara a rodearse de un círculo de
adeptos que no dejaron de crecer en poder e influencias: entre ellos destacamos
sobre todo aHapuseneb y a Senenmut. La gran esposa
real se había convertido, para temor del visir Ineni, en un peligroso oponente.
Familia de : Tutmosis I su padre, su madre Ahmose, y su hermana menor Neferubity.
Karl Richard Lepsius (1810–1884).
Karl Richard Lepsius (1810–1884).
El tercero de los Tutmosis
Tutmosis II tuvo un reinado muy breve, y murió en plena
juventud cuando sus dos únicos hijos conocidos aún estaban en la primera infancia.
Como había pasado en la generación anterior, la gran esposa real Hatshepsut no
había traído al mundo un varón, sino una niña, por lo que volvió a abrirse una
crisis sucesoria. Una vez más, Ineni consiguió que la nobleza aceptara como
único candidato factible a un hijo de Tutmosis II y de una simple concubina,
que sería nombrado rey como Tutmosis III. No obstante,
la reina viuda Hatshepsut no quería que la historia se repitiera por segunda
vez, y lo cierto es que la modificó considerablemente.
Dado que Tutmosis III era demasiado pequeño para
gobernar, la gran esposa real de Tutmosis II asumió la regencia y pospuso
indefinidamente el matrimonio entre el nuevo rey y su hija, la princesa
real Neferura, única persona que
podría legitimar su ascenso al poder absoluto. La situación no era rara: hubo
muchos casos de regencia a lo largo de la historia egipcia, aunque nunca de una
mujer a la que no la unía ningún lazo sanguíneo con el rey.
Durante los primeros años de reinado de Tutmosis III,
Hatshepsut estuvo preparando minuciosamente un "golpe de Estado" que
revolucionaría a la tradicional sociedad egipcia. Alejó para siempre de la
escena política a Ineni, y elevó a sus fieles Hapuseneb y Senenmut a los más
altos cargos. Parece ser que la figura política más importante de la época fue
Hapuseneb, quien unió para sí los cargos de visir y de sumo
sacerdote de Amón. Con unos aliados tan poderosos, Hatshepsut tenía
ahora los medios y el apoyo suficientes para sorprender al mundo.
Dos faraones en un mismo trono
Cuando se vio lo suficientemente fuerte, la hasta
entonces gran esposa real y esposa del dios, Hatshepsut, en presencia del
faraón Tutmosis III, se autoproclamó también faraón de las Dos Tierras y
primogénita de Amón, con el beneplácito de los sacerdotes, encabezados
por Hapuseneb. El golpe de
efecto fue magistral, y el inexperto Tutmosis III no pudo hacer otra cosa más
que admitir la superioridad de su tía y madrastra. Hatshepsut se había
convertido en la tercera reina-faraón conocida en la historia egipcia.
Hatshepsut asumió todos los atributos masculinos de su
cargo excepto el título de "Toro poderoso" haciéndose representar a
partir de entonces como un hombre y tocándose de barba postiza. Estableció una
insólita corregencia con su sobrino, aunque hubo un clarísimo predominio de la
primera sobre el segundo, hasta tal extremo de colocarlo en un segundo plano
impropio del papel futuro que tendría Tutmosis III en la historia. Tal era el
carisma y la personalidad de esta mujer.
Aun así, no se puede ver de ninguna forma a Hatshepsut
como una usurpadora, visión que han trasladado a nuestra época algunos autores.
Al menos no se vio así en su tiempo, pues de haber sido el caso, Hatshepsut habría
eliminado con total facilidad a sus adversarios o se habría producido una
guerra civil. Tutmosis III no estuvo encerrado en palacio, como se ha llegado a
pensar, ni tampoco Hatshepsut evitó hacer mención alguna a su existencia. La
sociedad de entonces asumió sin problemas la nueva situación, y Hatshepsut gozó
de uno de los reinados más prósperos de toda la historia egipcia, gracias
también al apoyo recibido por Hapuseneb y Senenmut, auténticos
gobernantes en la sombra.
La Teogamia
Relieve proveniente de un obelisco en Karnak. La
legitimación del trono por indicación divina: El dios Amón en posición
sedente coronando al faraón Hatshepsut en imagen y atributos masculinos.
Hatshepsut no hubiera podido ni soñar siquiera acceder al
trono de no contar con los apoyos que consiguió entre el clero del dios Amón en
Tebas mientras era la esposa de Tutmosis II. Las cuantiosas donaciones y los
privilegios que concedió a los sacerdotes, encabezados por la eminencia gris
del régimen, el visir Hapuseneb, fueron una forma de pago por los servicios
prestados, pues de no ser por el inmenso regalo que recibió Hatshepsut de
ellos, su legitimidad habría sido menor. Y este valioso obsequio de la casta
sacerdotal a la reina-faraón fue la célebre Teogamia.
En la Teogamia, Hatshepsut declara al pueblo egipcio que
su verdadero padre no es Tutmosis I, sino el propio dios Amón, que con su sabia
previsión visitó una noche a la gran esposa real Ahmose y la permitió concebir
a la mujer que estaba sentada ahora en el trono de las Dos Tierras con el
beneplácito del panteón entero. Hatshepsut se declaraba por ende primogénita de
Amón, y su sustituta y fiel delegada en la tierra, con lo que su figura se
trocaba en completamente sagrada.
Es necesario destacar que muy pocos faraones recurrieron
a la Teogamia para validar su derecho al trono, y su estatus pasaba a ser poco
menos que el de un dios vivo. El ardid de Hatshepsut y el alto precio que tuvo
que pagar a los sacerdotes por él, le asegurarían un reinado tranquilo y sin
disidencias, aunque acabaría pasándole factura a la dinastía por el, desde
entonces, imparable crecimiento de los sacerdotes de Amón.
Nombres
Como todo rey que accedía al trono, Hatshepsut tenía
derecho a usar hasta cinco nombres diferentes: el deHorus, el de Nebty,
el de Horus de Oro, y los dos principales, conocidos vulgarmente
como nombre de nacimiento y nombre de coronación. Éste último resultó ser el
de Maat-Ka-Ra, es decir, "El espíritu de Ra es justo" y lo
utilizó siempre conjuntamente con su nombre de nacimiento.
Sin embargo, este último apelativo sufrió una serie de
cambios a lo largo del reinado de Hatshepsut. Si bien la forma original del
nombre de nacimiento era Hatshepsut, en numerosos monumentos
aparece de formas bien distintas: añadiendo la segunda parte de nombre y
quedando como Hatshepsut-Jenemetamón, masculinizándolo en parte
como Hatshepsu3 o
completamente como Hashepsu. Sólo así se puede comprender la
sorpresa de los egiptólogos que
descubrieron la existencia de esta mujer que jugaba en sus apariciones, siendo
representada varón, con sus nombres unas veces escritos tal que había nacido
hombre o mujer. Un curioso juego de intercambio de sexos que sin duda realzó su
carácter divino y concentró en sí misma la dualidad que tanto veneraba el
pueblo egipcio.
"El" faraón Hatshepsut dedicó la mayor parte de
su reinado a embellecer el país y a restaurar los templos, con el beneplácito
de sus aliados los sacerdotes. Egipto había sufrido hacía dos generaciones la
última de sus guerras, cuando el abuelo de la reina, el rey Ahmose, expulsó a los hicsos, un pueblo semita que había
conseguido dominar el país durante cien años. Como habían hecho sus
antecesores, Hatshepsut invirtió mucho en borrar todos los daños ocasionados
por la guerra de liberación que había elevado a su dinastía a lo más alto.
Dejó su impronta en el templo de Satet, en la isla Elefantina, en
el Speos
Artemidos en honor de la diosa Pajet.
Sin embargo, el centro de acción principal de la reina
fue su ciudad, la pujante Tebas. Se implicó en el
recinto de las barcas sagradas de Luxor, edificó la llamada Capilla Roja del enorme templo de Amón
en Karnak y, de las
canteras de Asuán, mandó hacer los
obeliscos más grandes que se habían erigido en Egipto hasta entonces, y los
llevó a Karnak decorados con electrum,
aleación de oro y plata. Se cree que el obelisco inacabado que aún hoy se puede
ver en Asuán data del reinado de Hatshepsut, y de haberse acabado habría sido
el mayor de toda la historia del país.
Aunque no fue en Karnak donde Hatshepsut desplegó
toda su imaginería, sino en la orilla oeste de Tebas, la necrópolis de
entonces. En aquella época, los faraones hacían construir, además de su tumba,
un templo funerario algo alejado de ésta, que sirviera a un mismo tiempo para
proteger y recordar al difunto. Hatshepsut escogió el paraje de Deir el-Bahari para
edificar su templo de millones de años, y encargó la tarea a su
arquitecto favorito,Senenmut.
El resultado final fue envidiable: construido al lado del
templo de Mentuhotep
II, el de Hatshepsut es una de las joyas del Antiguo Egipto y uno de
los destinos más visitados por los turistas. Conocido por aquel entonces como
el Dyeser-Dyeseru (el sublime de los sublimes), su
estructura en forma de largas terrazas y de rampas con suave inclinación, de
estilo similar al de Mentuhotep II, le hacen fundirse a la perfección con la
roca y el entorno. Uno de los misterios en dicho templo radica en un sector
sellado como una caja en la pared en que se puede observar por un lado a
Hatshepsut en actitud amatoria y a Senenmut en la otra cara, como receptor de
la pose amatoria de la reina, lo que deduce un íntimo vínculo (prohibido por su
linaje) entre el arquitecto y la reina-faraón.
Campañas militares
Hatshepsut ha pasado a la historia como una gobernante
pacífica y que prefirió gastar parte de su tesoro en construir templos en vez
de conquistar territorios, pero lo cierto es que hubo al menos seis campañas
durante sus 22 años de reinado. Hay que destacar que la mayoría de éstas no
pasaron de ser meras escaramuzas o actividades disuasorias cuya única finalidad
era disuadir a los siempre belicosos pueblos fronterizos de atacar a las Dos
Tierras.
- Primera campaña. Era
casi costumbre que al morir un faraón, los pueblos nubios atacasen las
fronteras meridionales y quemasen algunas de las fortalezas del lugar, a
modo de tanteo de cómo reaccionaría el nuevo monarca. Hatshepsut no se
dejó avasallar y, pese a que aún era sólo reina regente, fue a Nubia y
dirigió los ataques.
- Segunda campaña. En
este caso los enemigos fueron tribus de Siria-Palestina, cuyos continuos
ataques a los puestos fronterizos hicieron responder a Egipto. Ignoramos
la fecha exacta de esta acción bélica, aunque es muy posible que acaeciese
cuando Hatshepsut ya había sido coronada. Una cosa que parece segura es
que la reina no viajó al frente en esta ocasión.
- Tercera y cuarta
campañas. El motivo vuelve a ser Nubia. Ignoramos por qué los nubios
se revolvieron tanto en época de Hatshepsut, pero las tropas egipcias
fueron implacables. La tercera campaña fue en el año 12º y la cuarta en el
20º, y ambas se solucionaron sin ningún problema. Se cree que en ésta
última participó Tutmosis III.
- Quinta campaña.
Contra el país de Mau, al sur de Nubia. Fue inmediatamente después de la
cuarta campaña, tal vez debido a una coalición de estos dos pueblos.
Existen menciones a una caza de rinocerontes, y también es probable que
Tutmosis III estuviese al frente del ejército.
- Sexta campaña. Una
vez más, Tutmosis III -anticipando su papel de rey guerrero que en su reinado
en soliatrio acabaría por desarrollar con excelentes resultados- marchó a
Palestina y conquistó la ciudad de Gaza, que se había
rebelado recientemente. Las fechas sobre esta campaña datan de finales del
reinado de Hatshepsut, quizás inmediatamente antes de morir la reina. Como
se puede ver, su papel era ya meramente representativo, y Tutmosis III se
había convertido en el monarca dominante del curioso tándem real.
Dyeser-Dyeseru, el templo de Hatshepsut en Deir el-Bahari.
El
viaje a Punt
Otro hecho relevante del reinado de Hatshepsut fue la
doble misión a Punt, el país legendario de
donde procedían los mejores árboles de incienso ymirra, que probablemente estaba en una región
de la actual Somalia, aproximadamente en
el año 15º de su reinado. Comandada por Nehesi, portador del sello real, la
expedición fue tanto por tierra como por mar, y durante ella no sólo se dedicó
la delegación egipcia a comerciar, sino que también hizo un minucioso estudio
de la fauna y la flora de Punt, así como de la organización política y social
del lugar.
Tuvo que ser tan importante esta acción para la posición
de Hatshepsut, que no dudó en decorar gran parte de las paredes del
Dyeser-Dyeseru con escenas de aquel mágico periplo por el que sería recordada
durante mucho tiempo por la población llana. No sólo fue un éxito al conseguir
importar la preciosa mirra a Egipto, sino que trajo extrañas especies animales
antes nunca vistas y generosos cargamentos de oro, marfil, ébano y otras
maderas preciosas que enriquecieron considerablemente las arcas reales y las de
los templos.
Aun así, es extraño que Hatshepsut pusiera tanto empeño
en promocionar el viaje a Punt, un país que se conocía ya desde la época de las pirámides, y
sólo puede explicarse como una parte más de la intensa propaganda que
distribuyó por el Dyeser-Dyeseru y por otros lugares del país con el único fin
de legitimar su posición. Sin lugar a dudas, en aquel momento de su reinado,
con la inauguración de su hermoso templo y el regreso de los viajeros del Punt,
Hatshepsut había llegado al cenit de su gobierno.
Descendencia
Lo único que se sabe a ciencia cierta es que Hatshepsut
fue madre de una hija, a la que puso de nombre Neferura4 y cuyo cuidado
encargó a su arquitecto favorito, Senenmut. Se ignora el
verdadero papel de este hombre en la trama; no son pocas las voces que dicen
que fue él el padre de Neferura y no Tutmosis II, y que hubo una tórrida
historia de amor entre el arquitecto y canciller real y la reina, una historia
que pese a ser muy interesante desde el punto de vista novelesco, sigue sin
estar demostrada. A favor de todo esto hay algunas pruebas, como
que aparezcan en actitud ciertamente cariñosa Senenmut y Neferura, o un ostracón hallado
en las cercanías del templo de Deir el-Bahari donde se ve a un faraón femenino
teniendo relaciones sexuales con un hombre. Aun así, aunque cada vez más voces
se alzan a favor de un romance de Hatshepsut con Senenmut, se sigue pensando
que Neferura era hija de Tutmosis II.
También se ha divagado mucho acerca de la posible
maternidad de Meritra
Hatshepsut, quien sería más tarde gran esposa real de Tutmosis III.
Debido a su nombre, siempre se pensó que era la segunda hija de Hatshepsut,
pero era realmente extraño que nunca se la mencionase en vida de su presunta
madre, mientras que Neferura apareciese tan a menudo. Actualmente parece haber quedado
claro que, pese a llevar su nombre, Meritra Hatshepsut era en realidad hija de
la dama Huy, una mujer muy influyente en la corte de entonces, y quizás aquel
apelativo tuviese como destino halagar a la reina-faraón. Así podría entenderse
por qué cuando Tutmosis III comenzó a perseguir la memoria de su madrastra, su
gran esposa real optase por llamarse simplemente Meritra.
Según los estudios del Museo de El Cairo, patrocinados
por Discovery Channel y liderados por el egiptólogo Zahi Hawass, la
descendencia de Tutmosis padecía de una variedad de viruela hereditaria, a la
que no escapó ningún descendiente.
Desaparición
Muerte de Hatshepsut
Sin embargo, fue a raíz de la finalización del templo de
Deir el-Bahari, sobre el año 15-16 de reinado, cuando la estrella de Hatshepsut
comenzó a menguar a favor de la de Tutmosis III. El rey era un joven que cada
vez ansiaba más el poder, y a cualquier precio. Así, no es de extrañar que en
apenas un año murieran los dos principales sustentos de la reina y sus más
grandes apoyos, Hapuseneb y Senenmut. Y por si no fuera poco, poco después
murió la gran esperanza, el arma secreta de la reina, la princesa Neferura.
Los golpes que sufrió Hatshepsut en torno al año 16 de su
reinado fueron tan grandes que a partir de entonces la reina se retiró parcialmente
del cargo y el otro rey, Tutmosis III, comenzó a tomar las riendas del
gobierno. Al parecer, la ambición de Hatshepsut era aún más grande y no estaba
satisfecha con ser ella sola "faraón", sino que se proponía inaugurar
una auténtica dinastía femenina de reyes, y por esa razón declaró
"Heredera" a su amada hija Neferura. La muerte de la princesa fue tan
repentina y favorable a Tutmosis III que hay quien piensa que fue intencionada,
y que consiguió su objetivo: derrumbar a la reina-faraón.
Hatshepsut murió en su palacio de Tebas tras un largo
reinado de 22 años, abandonada por todos. Se ignora la edad de su muerte, pero
se estima que debería oscilar entre los cuarenta y los cincuenta años. Años
atrás no se sabía cómo murió exactamente, si fue muerte natural o durante un
golpe de estado liderado por su hijastro, Tutmosis III, que en esa época era
virtualmente el único rey, pues Hatshepsut se había retirado de la lucha.
Según el National
Geographic y el arqueólogo Zahi Hawass, la momia fue escaneada
y se encontró que la reina había padecido en vida, de una avanzadaosteoporosis en las
caderas; además había contraído un absceso séptico en su
cavidad bucal que bien pudo provocar un shock septicémico como causa más
probable de su muerte que un atentado a su vida.
Su tumba se encuentra en el Valle
de los Reyes y está catalogada como KV20. Existen indicios de que mandó ampliar la
tumba de su padre para ser utilizada también para ella. El amor y la lealtad
que la hija profesó al padre tuvo que ser tan grande que quiso permanecer junto
a él eternamente.
A su muerte, Tutmosis III se convertiría en un gran
faraón que, emulando a su abuelo Tutmosis I, realizó numerosas campañas y
ascendió a Egipto al rango de gran potencia mundial. Pero jamás lo habría
logrado sin la preparación a la que lo sometió su tía-madrastra.
El nombre de Hatshepsut y el de su fiel colaborador
Senenmut fueron borrados sistemáticamente de los anales y edificios egipcios.
Durante mucho tiempo se creyó que el postergado Tutmosis III había sido quien
ordenó el virtual "olvido" de esta enérgica reina, pero cada vez más
egiptólogos apoyan la teoría que su nombre fue borrado por cuestiones más bien
de conveniencia que de venganza. Existía en Egipto una conjunto de familias
identificadas con Hatshepsut, su familia antes de desposarse
con Tutmosis II. Al morir la reina, Tutmosis III pudo
haber borrado el nombre de su madrastra a fin de legitimar su ascendencia al
trono, como heredero real de Tutmosis II, y así frenar las pretensiones de la
poderosa familia de Hatshepsut. Esta postura está adquiriendo cada vez más
fuerza, por las evidencias arqueológicas encontradas en Deir el-Bahari. Si
hubiera habido una venganza, su legado artístico y arqueológico hubiera sido
borrado de Egipto. Sin embargo, la reina fue hallada en un excelente estado de
conservación con parte de su ajuar.
La momia de la reina
Hatshepsut
En el 2005 Zahi Hawass, director del
Egyptian Mummy Project y secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades
y su equipo, se enfocaron en una momia llamada KV60a, descubierta más de un
siglo antes. En ningún momento se creyó que ésta momia era tan importante como
para retirarla del suelo de una tumba menor en el Valle de los Reyes ya que se
encontró sin un ataúd y sin los tesoros que distinguían a los faraones,
descubriéndose muchos años más tarde que era la momia de la reina faraón.
La momia de Hatshepsut fue presentada al público en junio
de 2007, después de un largo
periodo de incertidumbre acerca de su correcta identificación. Zahi Hawass, Secretario
General del Consejo Supremo de Antigüedades en Egipto, aseguró que se trataba
del descubrimiento arqueológico más importante desde el hallazgo de la tumba
de Tutankamón,
en 1922.
Ambas momias fueron descubiertas en la tumba KV60 del Valle
de los Reyes. Este sepulcro fue mandado construir por la propia
Hatshepsut destinado a su nodriza, a la que profesaba un gran cariño, la dama
Sitra. En él se hallaron los cuerpos de una mujer de unos cuarenta o cincuenta
años y de una anciana obesa de más de sesenta años, que presentaba la
peculiaridad de tener el brazo izquierdo doblado en la posición típica de las
reinas difuntas. El descubrimiento de la momia fue motivo de varios
interrogantes: ¿cómo llegó allí, quién era la dama del sarcófago, y porqué la
momia "real" estaba en el suelo?.
Se sabe que la momia fue encontrada en medio de gran
cantidad de lienzos de lino, desnuda, calva, obesa, y con signos de haber sido
trasladada de su ubicación original. En un principio se consideró que la momia
obesa era alguien poco importante que no merecía una gran sepultura. Cuando fue
hallada, sus descubridores no prestaron atención a la postura del brazo,
limitándose a escribir de ella que "tenía pechos enormes que caían como
péndulos". Después, los descubridores de la KV60 se limitaron a ordenar la muy
desordenada tumba (según ellos, había muchísimos objetos diseminados por todo
el suelo) y a depositar la momia en un ataúd nuevo de madera fabricado en El Cairo.
Mucho tiempo después, se comenzó a estudiar la identidad de
cinco momias femeninas no identificadas. Se presumía que una de esas momias
sería la de Hatshepsut. Zahi Hawass ordenó
traer un escáner TAC
(donado por Siemens) hasta el Valle
de los Reyes, donde se tomaron imágenes de alta resolución de las
momias guardadas en KV60.
Antes de verificar la identidad de la momia ya se había
descubierto el hígado momificado que, con toda certeza, pertenecía a
Hatshepsut. Junto al hígado estaban los intestinos y un molar con una sola raíz:
esta pieza fue la clave para su correcta identificación. La caja de vasos canopos fue
hallada en el escondrijo de momias reales DB320, lo cual hizo pensar inicialmente que el
cuerpo de Hatshepsut sería alguno de los no identificados en DB320.
El escáner de la mandíbula de la momia obesa mostró la
ausencia de una pieza molar, de la que solo quedaba una raíz. Inmediatamente se
llamó a un odontólogo forense quien determinó que la raíz y la pieza dental
hallada en los vasos canopos de Hatshepsut eran partes de la misma muela: ambas
piezas coincidían perfectamente. Basándose en este hallazgo, se determinó que
la momia obesa era el cuerpo de Hatshepsut.5
Hatshepsut en la literatura
El interés que ha despertado Hatshepsut en la sociedad
moderna es innegable, y las posiciones respecto a ella que tienen arqueólogos,
historiadores o simples lectores no pueden ser más variadas. Hatshepsut se
halla en la actualidad convertida en una maquiavélica usurpadora, en un animal
político que no retrocede nada con tal de satisfacer su ambición, en una mujer
que tuvo que elegir entre el amor y su reino, en una amante de la paz o en un
modelo feminista, o todo esto a un mismo tiempo, dependiendo de la persona que
opine acerca de ella.
Por ello, no es de extrañar que exista un amplio abanico
de libros dedicados a Egipto, al Imperio Nuevo o incluso a ella por completo en
los que existan todos los puntos de vista posibles, y más. Tampoco falta su
presencia en las novelas, que suelen pintarla como una bella y ambiciosa mujer
que vivió una vida digna de ser recordada, junto a Tutmosis I, Tutmosis III o
Senenmut, para algunos un faraón sin corona. Sea como fuere, es indiscutible el
encanto que emana de Hatshepsut que sólo puede compararse al que rodea a otras
grandes figuras de la civilización egipcia como Ajenatón, Nefertiti, Tutankamón, Ramsés II o Cleopatra VII.
Titulatura
Titulatura | Jeroglífico | Transliteración (transcripción) - traducción - (referencias) |
Nombre de Horus: |
| wsr t kȝw (Useretkau) De kas (espíritus) poderosos (Deir el-Bahari) |
Nombre de Nebty: |
| wȝḏ t rnpwt (Uadyetrenput) De años prósperos (Deir el-Bahari) |
Nombre de Hor-Nub: |
| nṯr t ḫˁw (Necheretjau) Divina de apariencias (Deir el-Bahari) |
Nombre de Nesut-Bity: |
| mȝˁt kȝ rˁ (Maatkara) Justo (Armonioso) es el Ka (espíritu) de Ra (Deir el-Bahari) |
Nombre de Sa-Ra: |
| ḥȝt špswt (Hatshepsut) La primera de las nobles damas |
Nombre de Sa-Ra: |
| ḥȝt špswt ḥnmt ỉmn (Hatshepsut Jenemetamón) La primera de las nobles damas. Unida a Amón |
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