Para proliferar resulta más importante la capacidad de adaptación al entorno que una gran reproductividad, sugiere la investigación
Según una reciente investigación, las especies que son buenas colonizadoras son aquellas que dedican más tiempo a conocer el entorno y que son capaces de adaptar su comportamiento a las nuevas condiciones. Por otro lado, el estudio sugiere que una gran capacidad reproductora no asegura el éxito de la invasión. Los descubrimientos, realizados por el CSIC, el CREAF y la Universidad Autónoma de Barcelona, posibilitarán la detección y erradicación temprana de especies particularmente problemáticas.

La ardilla gris fue introducida en Inglaterra a principios del siglo XX. Hoy en día ha situado a la ardilla roja nativa al borde de la extinción en todas las Islas Británicas. Fuente: Wikimedia
Un estudio realizado por científicos del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas
(CSIC), el Centro de Investigación Ecológica y
Aplicaciones Forestales (CREAF) y la Universidad Autónoma de Barcelona ha
descifrado las características del ciclo vital de una especie invasora de
éxito.
El trabajo, publicado en el último número de Science,
demuestra por primera vez que el proceso de invasión no depende tanto como se
pensaba de la capacidad reproductiva de la especie, sino que, en la mayoría de
los casos, depende más de características relacionadas con el estilo de vida y
el comportamiento de la especie en el nuevo hábitat.
"La capacidad de exploración del nuevo territorio,
el reparto de episodios reproductivos, el tamaño de las nidadas o el talento
para ajustar el comportamiento a las nuevas condiciones del entorno, son
factores determinantes que asegurarán el éxito de una especie invasora”, afirma
el investigador del CSIC, Daniel Sol.
El estudio aborda esta cuestión en especies de aves
invasoras. Para ello se recopiló información histórica de introducciones
deliberadas o accidentales de aves en diferentes regiones del planeta. De las
2.760 introducciones analizadas, un 47% de las especies se había establecido
con éxito.
Manual del buen invasor
En la mayoría de estas introducciones, analizadas a
través de modelos estadísticos, se han comprobado unos patrones similares: las
especies exóticas que se establecían con éxito no tenían una tasa de
reproducción muy elevada, sino que repartían los eventos de reproducción en más
intentos en lugar de apostar por pocos intentos muy productivos.
"Si una invasora que llega a un nuevo territorio se
dedica a explorar, y deja para más adelante la reproducción, en un cierto
tiempo habrá localizado las principales fuentes de recursos (agua y comida),
los enemigos más habituales y los demás peligros del entorno. Toda esta
información del ambiente le permitirá ajustar su comportamiento, mejorar el
rendimiento en la explotación de los recursos y evitar a los enemigos. En
definitiva, le proporcionará una mayor esperanza de vida y le permitirá decidir
cuál es el mejor momento para tener descendencia. Además, aunque deje para más
adelante el hecho de dejar descendencia, cuando ésta llegue, tendrá muchas más
garantías de sobrevivir”, explica Sol.
La capacidad de reproducción no asegura el éxito
Hasta ahora, la hipótesis más generalizada afirmaba que
las invasoras de mayor éxito se reproducían mucho una vez que llegaban a un
nuevo ambiente. Se creía que al aumentar el número inicial de individuos, la
especie tenía más posibilidades de escapar de los peligros que amenazan las poblaciones
pequeñas y de poder desarrollar así una población persistente.
Sin embargo, este artículo demuestra que, aunque el
crecimiento demográfico rápido puede ser ventajoso en determinadas
circunstancias, de forma general las invasoras de éxito se caracterizan por
tener un ciclo vital en el que el tiempo para reproducirse es flexible.
De hecho, los autores demuestran que reproducirse muy
rápido puede ser a priori favorable, pero que esta capacidad se ve rápidamente
contrarrestada. Una especie que solo se reproduce es muy vulnerable porque no
puede dedicar tiempo a conocer el nuevo entorno y buscar estrategias para
adaptarse a las nuevas amenazas.
Así pues, el estudio no invalida esta hipótesis sino que
sugiere que el hecho de aumentar la población de forma muy rápida solo es
ventajoso cuando la población inicial es muy pequeña y cuando los nuevos
ambientes no son muy peligrosos.
Predecir el éxito de las especies invasoras
La erradicación y el control de las invasoras una vez
establecidas es muy costoso. Por ello, los expertos destacan la importancia de
predecir qué especies tienen un riesgo potencial de ser invasoras de éxito y
distinguirlas de las que son inocuas.
De esta forma, se podrían desarrollar políticas de
importación y venta de especies exóticas y diseñar sistemas de detección y
erradicación temprana de especies particularmente problemáticas.
Referencia bibliográfica:
Daniel Sol,
Joan Maspons, Miquel Vall‐llosera, Ignasi Bartomeus, Gabriel E. García‐Peña,
Josep Piñol, Robert P. Freckleton. Unraveling the Life History of Successful
Invaders. Science. DOI:
10.1126/science.1221523.
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