El fondo europeo de rescate prevé más de 30 posibilidades de actuación | El Ejecutivo busca que el fondo intervenga de forma automática sin que se le pida | El Tesoro sólo tiene liquidez para el próximo trimestre

El Gobierno español, también el de Italia, está
analizando ya las diferentes modalidades de rescate que prevé el fondo europeo
actualmente en vigor después del emplazamiento de Mario Draghi, el presidente
del Banco Central Europeo (BCE), instando a pedirlo como paso previo a
cualquier intervención en el mercado de deuda, según han informado a este
diario fuentes solventes.
Un objetivo del Ejecutivo español es intentar acogerse a
alguna modalidad recogida en los reglamentos del fondo que no implique recibir
más dinero, lo que no elevaría la deuda pública y reduciría el grado de
exigencia de condiciones macroeconómicas, pero abriría la puerta a la
intervención del BCE en el mercado de deuda, el objetivo final tanto de la
petición de rescate como del presidente del banco central.
El Gobierno de Rajoy ha abierto este frente al tiempo que
sigue presionando en Bruselas para que el fondo actúe de manera casi
automática, es decir, sin necesidad de que se deba formalizar la petición de
rescate y por tanto sin precipitar nuevas condiciones de política
macroeconómica. Para ello ha pedido una reunión urgente del Eurogrupo, los
ministros de Finanzas de la zona euro. En la carta enviada por Rajoy a su
homólogo del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, se recoge que el fondo
"estaría disponible para los estados miembros que respetaran sus
recomendaciones específicas bajo el semestre europeo, el pacto de estabilidad y
crecimiento y el procedimiento de desequilibrios macroeconómicos
excesivos". Es decir, no a nuevas condiciones y ejecución homogénea
independientemente del país del que se trate. Una discusión que se arrastra
desde el último Consejo Europeo, con unos gobiernos enfatizando que el fondo
podría intervenir sin imponer nuevas condiciones, defendida por España e
Italia, y otros afirmando lo contrario, obviamente dirigidos por Alemania.
"Existen más de 30 posibilidades diferentes de acogerse
al EFSF (el fondo de rescate vigente), dependiendo del tipo de intervención y
de la situación de la economía del país", señalan a este diario fuentes
informadas de los preparativos en marcha. La negociación de la modalidad
corresponde al ministro de Economía, Luis de Guindos.
El fondo tiene, además de la intervención pura y dura
como en Grecia, Irlanda o Portugal, otros cuatro programas: preventivos, de
compras en el mercado primario de deuda, intervenciones en el mercado
secundario de deuda y el de recapitalización de entidades financieras. A este
último ya se ha acogido España con un crédito de hasta 100.000 millones.
Ya en la rueda de prensa de Mariano Rajoy y Mario Monti
del pasado jueves, tras el frustrante consejo del BCE, el italiano abrió la puerta
a realizar la petición formal al fondo, aunque matizó que "habrá que ver
las modalidades". Al día siguiente, viernes, Rajoy, en su comparecencia
pública posterior al Consejo de Ministros, utilizó una variación del mismo
tenor: "Yo lo que quiero es conocer cuáles son esas medidas (no
convencionales), conocer lo que significan, conocer lo que pretenden, conocer
si son adecuadas y entonces, a la vista de las circunstancias, tomaremos una u
otra decisión, pero yo no tengo tomada ninguna decisión". Justamente, el
Gobierno está evaluando esos posibles escenarios.
Las fuentes consultadas han reiterado que el Gobierno
intenta evitar una petición formal de rescate en cualquier circunstancia si no
hay plena seguridad de que el BCE actuará. El Tesoro cuenta con un trimestre de
liquidez (tal como adelantó La Vanguardia) y hasta octubre no hay vencimientos
de deuda significativos.
La activación del fondo europeo de rescate está
condicionada tanto por la profundización de la crisis de la deuda de la
eurozona como por la imposibilidad política de los gobiernos de los estados de
acudir otra vez a sus parlamentos para pedir nuevas aportaciones para los
fondos de rescate.
De hecho, Draghi está intentando tejer un consenso con
Jens Weidmann, presidente del Bundesbank y abierto opositor a las compras de
deuda por el BCE, para que este último acepte que el banco central intervenga
en los mercados de deuda a fin de evitar la implosión del euro y sin que sea
necesario un nuevo debate para conseguir más recursos.
Hay pocas esperanzas en los gobiernos de España, Italia o
Francia de que Alemania cambie de opinión, algo que de momento no han
conseguido, pero cuentan con el hecho de que "los mercados no aceptarán ir
tirando, como puso de manifiesto su negativa reacción tras la rueda de prensa
de Draghi en la que apenas pudo anunciar ninguna medida concreta del BCE".
Políticamente, los gobiernos afectados consideran que no
podrán seguir manteniendo en estado de zombis a sus economías mucho más tiempo,
tras sucesivos programas de ajustes y sin que obtengan algún respaldo efectivo
en el mercado de sus socios de la eurozona.
El programa preventivo del fondo europeo reúne los
criterios buscados por España e Italia. Según consta en sus directrices
oficiales, "puede ser diseñado como un crédito o una compra en el mercado
primario (aquel en el que los estados emiten directamente sus bonos), está
basado exclusivamente en condiciones prefijadas y se limita a países de la
eurozona en los que la situación económica es todavía fundamentalmente sólida y
están comprometidos con el mantenimiento en el futuro de políticas sólidas y
creíbles". Además, esa misma línea ofrece diversas variaciones como
garantías del fondo para las emisiones de deuda.
El programa de compra en el mercado primario prevé la
posibilidad de que el fondo compre deuda directamente a los estados. En el caso
del programa de intervención en el mercado secundario, se establece que su
activación estará condicionada al análisis del BCE y tras el acuerdo mutuo de
los estados.
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